El dólar estadounidense, medido por el índice DXY, registra caídas moderadas en la sesión del jueves y retrocede 0.4% hasta los 93.02 puntos, golpeado por la fortaleza de algunas de las principales divisas como el euro, la libra esterlina y el dólar canadiense.
A pesar del repunte de la rentabilidad de la deuda norteamericana, como el rendimiento del bono a 10 años que ha subido más de 18 puntos base hasta los 0.685% en agosto, el billete verde no logra salir del bache.
La renovada debilidad del dólar (USD) puede atribuirse, en parte, al estancamiento de las negociaciones en el Congreso de los Estados Unidos para lanzar un nuevo paquete de ayuda fiscal para revitalizar la recuperación económica. Ayer, Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes dijo que las posiciones de los demócratas y los republicanos están muy distantes, una señal de que se ha avanzado poco en las conversaciones para reinyectar más estímulos.
El bloqueo político en Washington podría deprimir el gasto de los hogares, obstaculizando la reactivación de la actividad en los Estados Unidos, un suceso que ejercería presión bajista sobre el índice DXY a medio plazo.
ANÁLISIS TÉCNICO DEL DXY
Desde un punto de vista técnico, el dólar estadounidense se encuentra en una tendencia alcista multianual, pero el sesgo podría cambiar si el precio perfora el soporte en 93.00/92.00. Este piso técnico está creado por una línea de tendencia ascendente de más de nueve años y el retroceso de Fibonacci de 38.2% del avance desde los mínimos de 2011 a los máximos de 2016.
Si vemos una ruptura decisiva de la zona de 93.00/92.00 en las próximas sesiones, el índice DXY podría profundizar los descensos que comenzaron en marzo de 2020 y dirigirse hacia los 88.33 puntos a medio plazo (retroceso de Fibonacci de 50% y mínimos de 2018).
Por el contrario, si el precio es rechazado desde los niveles actuales, existe espacio para un repunte hasta los 94.65 (la probabilidad de que este evento se materialice es menor dado el sentimiento del mercado).